Reconstrucción: 1946-1959
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Bosch había perdido sus centrales internacionales por segunda vez. Quedaron en ruinas grandes partes de sus instalaciones de producción. Las dos décadas siguientes estuvieron dedicadas a la reconstrucción, pero también a aprovechar las nuevas líneas de negocios.
Con pala y carretilla: reconstrucción en Bosch
Para 1945, más del 50 por ciento de las instalaciones de la planta de Bosch en Alemania habían sido destruidas por las bombas aliadas. Su papel clave como proveedor de vehículos militares durante la guerra había convertido a Bosch en un objetivo estratégico. Ahora la empresa tenía que limpiar, construir y crear trabajo para los asociados.
Bujías y cacerolas: sobrevivir al período postguerra
Para poder volver a contratar a los empleados y pagar sus salarios, Bosch comenzó de nuevo con la fabricación de ollas de cocina con cascos de acero, carretillas de mano y paraguas en las ruinas de la fábrica. Los asociados pueden usar estos dispositivos por su propia cuenta o intercambiarlos por otros elementos esenciales. Los primeros productos más complejos fueron las bujías para los vehículos militares de los aliados.
Ejecutor testamentario de Robert Bosch y presidente del consejo de administración
Robert Bosch falleció en 1942. Los ejecutores testamentarios reconstruyeron la empresa de acuerdo con sus deseos y postestamento en 1945. El objetivo no solo era generar ganancias, sino canalizar algunos de estos excedentes en causas benéficas. Hans Walz administró la empresa como el sucesor de su fundador hasta 1963.
Procedimientos antimonopolistas: el temor de perderlo todo
Las aspiraciones de los nacionalsocialistas al poder global solo se habían podido lograr con la ayuda de poderosas empresas económicas. Por ese motivo, los Aliados buscaron quebrar las grandes corporaciones alemanas, incluida Bosch. No obstante, la empresa había crecido orgánicamente, lo que significaba que sus partes individuales no eran viables por su cuenta. Al final, la compañía Bosch permaneció casi intacta, aunque tuvo que revelar sus patentes para que todos los competidores la usaran.
“Hecho en todo el mundo”: los nuevos rumbos hacia una empresa internacional
Antes de que Hitler tomara el poder, más del 50 por ciento de las ventas provenían de comercios internacionales. Pero después de 1945, dichas operaciones se redujeron a casi cero, y se confiscaron los activos de la empresa. Gracias a las buenas relaciones con socios de larga data y debido a los mercados de rápido crecimiento en países como Brasil y la India, comenzó gradualmente la construcción de una red global. De todos modos, no sería hasta 1960 que las ventas internacionales superarían nuevamente el 20 por ciento en Bosch.
La elegancia en la perfección: la tecnología para el consumidor
A principios de la década de 1950, Bosch trajo productos al mercado que reflejaban el milagro económico alemán y europeo y satisfacían las demandas de los consumidores cuando los tiempos difíciles llegaban a su fin. Entre los ejemplos se incluían los aparatos de cocina y los taladros eléctricos para aficionados. Los productos Linchpin, como las radios de coches, se vendieron en millones.
Aparatos para cocina Bosch
Nace una “nueva era” en la cocina
Se denominó de dos formas fundamentales al procesador de alimentos Bosch en su lanzamiento. El nombre del modelo era “Neuzeit” y fue anunciado como el “ayudante de la campesina”. A los clientes en entornos urbanos se les prometió una nueva era de tecnología doméstica de vanguardia que simplificaría las tareas domésticas.
El atractivo para los hogares rurales era la facilidad con la que esta máquina podría procesar grandes volúmenes de alimentos. Uno de los motivos fue la prevalencia de hogares grandes con muchos niños; otro, la necesidad de preparar rápidamente las cosechas de frutas y verduras para conservarlas para su uso posterior; por ejemplo, congelando porciones de productos o haciendo mermeladas y conservas.
El “Neuzeit” era un dispositivo multifuncional que podía cortar, amasar, rallar, presionar e incluso pelar patatas.
Fotografía: escenario de ventas para el procesador de alimentos en el punto de venta de Stuttgart (1962)
Restableciendo viejos favoritos: la inyección de gasolina en automóviles
La tecnología usada en muchos productos Bosch aún provenía del período preguerra. Pero llevaría una serie de innovaciones volverse y permanecer competitivos. La inyección de gasolina, que Bosch había desarrollado para motores de aeronaves, apareció como una innovación automotriz a principios de la década de 1950, aunque tardó décadas en establecerse como estándar.
El Bosch Combi
La herramienta eléctrica para el hogar
La locura de los aficionados se volvió un negocio lucrativo para Bosch. Lanzada en 1952, la herramienta de energía eléctrica “Bosch Combi” podría usarse de muchas maneras diferentes según el accesorio elegido, como un taladro, un destornillador, una lijadora o incluso una segadora. Esta oferta engendró un segmento comercial completamente nuevo en Europa por lo que todavía era un poder adquisitivo principalmente masculino: “hágalo usted mismo”, que se desarrollaba principalmente en sótanos y garajes.
El kit completo con accesorios estándar se vendía en un estuche o en una caja de madera que se montaba en la pared. Bosch desarrolló una segunda línea clave de herramientas eléctricas de esta manera, para complementar su gama de herramientas eléctricas profesionales para sitios de construcción, incluidos los martillos perforadores.
Fotografía: un “Bosch Combi” para aficionados, con su práctica caja (1952)
Electrónica: una línea de negocios con consecuencias
Bosch comenzó a desarrollar componentes electrónicos a mediados de 1950. El primero de ellos fue el “variode”, que Bosch comenzó a producir en 1958. Los transistores le siguieron y luego desde los circuitos integrados en 1970. Considerados críticamente por los escépticos, pero desarrollados con entusiasmo por sus partidarios, sembraron la primera semilla en el campo de la electrónica, que ahora es un negocio central para Bosch.